Los despiertos

Una vez que la verdad se despierta en ti, jamás verás las cosas de la misma forma. Escucharás palabras e historias idénticas a las de siempre, esas que tan solo un día antes te hacían darlo todo por lo que creías, pero será decepción y rechazo lo que te provocarán.

Cuando abres los ojos, no los puedes volver a cerrar, aunque quisieras no saber ya no hay vuelta atrás. Una venda que se cae por un golpe de realidad nadie te la podrá volver a colocar.

Al salir del trance, mirarás a tu alrededor y te darás cuenta que muchos siguen dormidos. Algunos porque nunca se han cuestionado nada, otros, porque la vida no les ha dado las suficientes bofetadas para despertar. ¡Los peores! Los que caen en una profunda adicción a su mundo irreal…

¡No intentes despertarlos con sacudidas! ¡No lo lograrás! Hay una historia añeja detrás de quien permanece dormido, una tan arraigada que no es tan fácil cambiar. Sus creencias se las tatuaron desde la infancia y todas las noches los tatuadores las reforzarán.

En el camino, conocerás a muchos que van sin vendas simulando llevarlas puestas…Unos lo hacen por conveniencia, otros porque los mueve un miedo visceral. Ser un despierto en un mundo que premia a los dormidos y rechaza a los que no lo están, ha llevado a algunos a crearse esos camuflajes, a otros a vivir de la doble moral.

Al comenzar el día todos nos cruzaremos en las calles. Despiertos que fingen no estarlo, dormidos que se creen despiertos. Despiertos que tratarán de mantener a otros dormidos, despiertos que los intentarán despertar.

No te preocupes despierto ¡Habrá un amanecer distinto!  Muchos se quitarán sus vendas, otros dejarán de aparentar. ¡Pero ten presente! Siempre existirán personas que dormirán un sueño eterno en vida, esos no se dejarán ayudar.

A todo mundo de dormidos, siempre llega un gran despertar

lallavedefer.com

4 comentarios en “Los despiertos”

  1. Me gusta mucho leer tus post, dices la verdad de una forma respetuosa y estoy segura que les llega a todos porque van cargados de sentimientos y realidades comunes, además del innegable amor a tu tierra.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *