No hay nada más triste en estos momentos en Cuba que estar jubilado con una pensión mínima. Mirar a tu alrededor y verte rodeado de todo tipo de carencias en la última recta de tu vida debe ser durísimo. La mayoría se preguntará: Cómo si lo di todo durante décadas puedo estar pasando por esto? Muchos con el plus de vivir solos porque sus hijos y nietos emigraron. Los casos más desgarradores son los abandonados por sus familiares sin ningún tipo de contacto.
Nuestro país tiene alrededor de (un millón 600 mil) jubilados y de ellos, más de la mitad cobra la pensión mínima.
Qué se puede comprar en la actualidad con ( 1528) pesos? Nos podríamos preguntar…
Por esto vemos que muchos han tenido que alargar su vida laboral a pesar de tener la edad de jubilación o haciendo trabajos informales en las calles para poder subsistir tratando de ganarle a sus dolencias.
Este tema lo abordó el Periódico de Cienfuegos
“5 de Septiembre” , para mi, su artículo es el más completo sobre la problemática.
( al final del post les dejó el link )
Algunas de las historias que recogió:
“Irrael Lobelle Diéguez, de (83 años), quien cobra una pensión mínima de mil 528 pesos. -Solo en la alimentación gasto casi todo. Por eso recojo materias primas, para tener un dinero extra, porque a mí me gusta dar un regalito a los nietos y bisnietos en sus cumpleaños, comprarles alguna chuchería-.”
“Dagoberto Cobas Vidal, de (84 años), y con una jubilación de mil 570 pesos: -Ya no tengo muchas fuerzas y a veces voy a trabajar al campo para ganar algo más y poder comprar las cosas en la calle. Por supuesto, me preocupa el día que no pueda hacerlo: Será dramático-.”
“ Albina, beneficiaria de la Asistencia Social, vive en condiciones de vulnerabilidad.
-A veces miro toda la casa para ver qué vendo”, confesó Albina. Mi salvación fue la Asistencia Social, que me dio dos sábanas, una colcha, un par de medias y unas chancletas; pero llevo años pidiendo un hule para la cama, porque tengo incontinencia urinaria y el colchón está chivado. Cada vez que presento algún problema, vienen no sé cuántos funcionarios, hacen promesas, y sigo igual, en las mismas-”
“Juan Millares Mesa, de (76 años), otro de los asistidos. – Hay días que como un plato de arroz solo, pues no tengo para comer algo diferente. Ayer mismo almorcé con la comida de aquí (del SAF) y dejé un poco para la noche, y así —declaró— voy viviendo, a lo que Dios quiera-”
No les preguntes lo que le hace falta, muchos no te dirán. Cada ayuda que le des puede significar un plato de comida en su mesa, cada ayuda puede significar lo mejor que disfrute al final de sus días.
No olvides a tus viejos!
Mírate en ese espejo!
Enlace al artículo de 5 de Septiembre